En enseñanza media a algunas de mis compañeras y a mi no nos gustaba la profesora de Inglés, ya que la forma de enseñarnos no muy lúdica por lo que como resultado acarreaba que se transformara todo en forma aburrida, realmente tediosa, ella siempre pasaba lo mismo, los contenidos no variaban de una clase a otra, así que en un momento pensamos revelarnos frente a su forma de educar y decidimos no entrar a clase e irnos a la biblioteca para estudiar Historia, porque en esa materia estábamos haciendo unas competencias de cultura general y para nosotras era más importante eso que la clase, además lo de Historia era con nota, así que la motivación era mayor.
Cuando la profesora de Inglés se dio cuenta de lo que estábamos haciendo, le llamó la atención a un grupo de compañeras, y las demás cuando lo supimos más nos molestó. A la clase siguiente no dejamos que la profesora entrara a la sala de clases, le pusimos seguro a la puerta y todas nos fuimos al fondo de la sala, bajamos las persianas y apagamos todas las luces, con el fin de que la profesora pensara que en la sala no había nadie.
La profesora al encontrarse que ninguna de nosotras le habría la puerta bajó a buscar a la inspectora dando aviso de lo que estábamos haciendo, nosotras al darnos cuenta de que había ido a acusarnos, volvimos rápidamente a nuestros puestos, ordenamos la sala y nos sentamos a esperar que la profesora llegara. Al llegar la inspectora con la profesora les explicamos que todo lo que habíamos hecho era para protestar por el tipo de clase que ella como profesora nos hacia, ya que siempre era lo mismo que nos entregaba en contenidos y además era demasiado aburrida al impartir sus clases, por lo que no aumentaba nuestro agrado por aprender Inglés.
Al año siguiente la profesora ya no estaba, y por malla nosotras ya no teníamos Inglés, por lo que se nos quito un gran peso de encima, ya que no queríamos continuar con esa forma de enseñar, menos algo que ya de por si solo cuesta.
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