Se asomaba el mes de Junio del 2oo6, cuando el movimiento pingüino estaba en su mayor esplendor, se habían masificado las tomas de establecimientos educacionales en la capital, cuando nuestro centro de alumnos decide integrarse directamente a esta política, a pesar de las presiones y amenazas de los codocentes y de la dirección de nuestro establecimiento. Pues fue así como una noche, sesenta alumnos (incluyéndome) entramos al establecimiento por el techo de un departamento aledaño, ya que uno de nuestros compañeros residía ahí y nos dispuso del paso. Cuando llego la mañana éramos alrededor de ciento treinta en la toma cuando se aparecen los docentes junto a la directora, el choque de esta ultima fue notorio, muy molesta procedió a amenazar con un desalojamiento, pero nuestros dirigentes propusieron una reunión con ella, cosa que se llevo a cabo luego de una larga conversación tanto entre docentes y alumnos. La reunión se estableció al día siguiente, a todo esto cada día se integraban más alumnos a la toma y para lo cual ese segundo día de toma ya nos congregábamos doscientos diez alojados aproximadamente dentro del establecimiento. La reunión duro alrededor de cinco horas, donde asistieron: la directora, los inspectores, los docentes, abogados (representantes de un grupo de apoderados de alumnos involucrados en la toma), representantes del centro de apoderados, representantes de la Corporación de Educación, a la que pertenecía mi liceo y obviamente los dirigentes estudiantiles. La discusión fue grande, sabíamos que el establecimiento era de jurisdicción privada y no municipal, cosa que generaba preocupación hacia un posible desalojamiento estudiantil, pero el destino nos dio el inesperado apoyo de la Corporación que decidió permitir el “pacifico alojamiento estudiantil”, cosa que nos causo mucha alegría, pero a la ves nos dio a muchos enemigos, ya que la directora reclamo hasta terminada la reunión, pero ya se había dispuesto el permiso, así que momentos después de retirados los representantes de la corporación, la directora y los inspectores, se les comunico al alumnado la resolución y todos muy satisfechos, “celebramos esa misma noche”. Desde ese momento tuvimos mucho apoyo tanto económico como moral de un grupo de profesores y apoderados, así duramos tres semanas y unos cuantos días en toma, pero el movimiento estudiantil se comenzó a desintegrar, y así un día la prensa informa sobre el acuerdo de deposición de tomas general, acordado por la Asociación de Centros de Alumnos de Santiago, situación que nos obligo desalojar el establecimiento. Luego de todos estos hechos, “la venganza” esperada por la directora y “sus ministros” se comenzó a gestar, primero con la realización de un informe que denunciaba los supuestos “maltratos al establecimiento” en el periodo de toma, que luego la corporación aprobaría con la cobranza del alumnado por daños materiales, aquí digo que hubieron cosas ocultas, ya que lo dañado luego contabilizado por los alumnos no era mas que; tres ventanales, alrededor de cinco piezas de latón (zinc del techo), cuatro platos del comedor mas un par de vasos y el gas que se ocupo completo. Estos objetos estaban en el informe, pero con la diferencia que les acompañaban otros objetos mas, que no se nos dejo verificar del todo, a pesar de esto el alumnado tubo que pagar estas cuentas (¡¡que alcanzaron el monto de mas de seiscientos mil pesos¡¡), luego se procedió a expulsar a los alumnos con “extrema condicionalidad” y que se involucraron en la toma, cosa que causo mucho estupor porque hubieron alumnos que tenían la condicionalidad (por conducta) anteriormente y que luego aparecían con extrema condicionalidad (y allí estuve involucrada yo), cosa que genero que los apoderados en masa fueran a alegar sobre la situación y otra ves fue el mediador la corporación, quien limito la lista de expulsados, que implico una selección ya fuera por notas y otros elementos que salvaron a muchos incluida yo, pero de que hubieron expulsados lo hubieron. Luego se procedió a quitar el apadrinaje de becas de financiamiento y de alimento a los alumnos involucrados en el centro de alumnos y dirigencia de las tomas (donde nuevamente estuve involucrada), motivo de escándalo general, fue aquí cuando grupos de apoderados decidieron dirigirse al Ministerio de Educación, desde aquí sucedieron muchas mas cosas que mantuvieron la tensión constante entre el alumnado y la dirección, , luego sucede que se reprobaron los controles que para las fechas de las protestas y tomas se tuvieron que suspender (ya que no hubo caso de retomarlos), que por mi caso afecto bastante ya que mi promedio bajo de un 61 a la fecha del primer semestre a un 52 para final de año. Así llego Noviembre y los problemas aun no se resolvían en su mayoría, yo por mi parte tuve que trabajar de empaque en un supermercado para pagarme las cuotas del colegio que eran alrededor de 27000, no pude hacer un preuniversitario pero si me prepare por Internet gracias a que amigos que me prestaron sus computadores para hacer ensayos.
Luego crecieron las querellas judiciales por parte de los apoderados donde participaron mis padres, cosa que el año llego a su final y para variar se suspendió la fiesta de gala (aunque igual se realizó en un establecimiento arrendado, organizado por los apoderados, profesores y alumnos de tercer año), y la ceremonia de graduación también estaba en ese proceso de suspensión cuando la Corporación decide hacerla por la gran petición que llego a manos de los apoderados, pero quizás hubiese preferido que no se realizara ya que se generó un “proceso de selección”, que implico una valoración de notas, comportamiento y registro de anotaciones para “postular a ser parte de la ceremonia”, así muchos quedaron fuera, por mi lado yo estuve dentro de lo establecido y aunque pensé en rechazar la participación de esta ceremonia, fui persuadida por los consejos de profesores que por su mas sincero cariño, sufrían al ver toda la degradación del alumnado de nuestra generación de cuarto medio y los que restaban mas atrás, que también caminaban por la cuerda floja, a la ves hubieron docentes que sabían las circunstancias ocurridas pero que no se involucraron ni para apoyar ni para reprimir al alumnado, otros si hubieron que por ser de la línea de la directora, procedieron de acuerdo a la política de esta y dieron la espalda al alumnado (pues no hay otra manera de explicarlo). Así la ceremonia se realizo con el 60 por ciento (si es que no fue menos) de la generación de cuartos medios, una triste pero necesaria experiencia, aunque a las afueras del liceo ese mismo día, pudimos reencontrarnos con aquellos que fueron marginados de la ceremonia, que de mi curso eran aproximadamente 16 de 36 de los que figurábamos siempre en la lista de clases. Semanas después supimos que las querellas y denuncias dieron resultados ya que el Ministerio de Educación intervino con supervisiones, que generaron la reacción de la Corporación quien decidió reorganizar la administración del liceo, sacando del cargo a la directora, a dos codocentes y diez docentes involucrados en situaciones extrañas (que luego me entere y es mejor no hablar, porque ya he dicho suficiente).
Así mi espíritu y el espíritu de todos aquellos compañeros afectados tanto por las medidas injustamente aplicadas, como por el animo defraudado que genero en el tiempo toda esta cuestión, quedo mas tranquilo… pero no conforme, ya que el daño hecho aun se siente y se ve a dos años de lo sucedido, en compañeros que les costo retomar caminos académicos (aunque la mayoría lo pudo hacer) por los problemas de notas y comportamiento, que personalmente yo pude superar, pero en términos sentimentales, aun queda el rencor y las ganas de haber podido construir y destruir mucho mas de lo que hicimos cuando estuvimos allí.
Hija de Gandi
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