Corría un día cualquiera en el Colegio, faltaba la mitad del año para que por fin y definitivamente se acabaran las clases de cuarto medio; en ese minuto estábamos en una clase de lenguaje en la cual se nos presentaba el discurso expositivo la tarea final de la clase sería presentar un discurso cualquiera con una duración mínima de cinco minutos delante de nuestros compañeros.
Para eso la clase sería divida en dos grupos de veinte personas; el primero de estos debía tener listo el trabajo para la semana siguiente y el resto para la subsiguiente.
Dentro del primer grupo estaban mis únicas cuatro amigas durante los últimos cuatro años y yo, la verdad es que el plazo dado no nos molestaba encontramos que era suficiente para entregar un buen trabajo, pero al parecer al resto de nuestros compañeros no les pareció y se lo hicieron saber a la profesora.
Para no hacer mayores problemas la profesora acepto cambiar la fecha siempre y cuando al día siguiente cada uno de nosotros llegara con cinco dulces, lo cual no lo entendí ni me pareció. Lo que en una primera instancia yo entendí fue que si uno llegaba con los dulces se le cambiaba la fecha.
Al llegar a mi casa ese día después de clases se me olvido por completo y no seria hasta la mañana siguiente que me lo hicieron recordar; llego una compañera a mi lado y me pregunto:
Compañera: ¿Trajiste los dulces?
Yo: ¿Qué dulces?
Compañera: Los dulces que la profe pidió pa’ poder cambiar la fecha
Yo: No…no lo traje
En ese momento en un silencio absoluto en la sala y todos mis compañeros me escucharon.
Compañera: ¿pero los vay a traer?
Yo: no, no los voy a traer.
Yo: profe podemos hablar con usted
Profesora: no yo no quiero hablar (siempre ella gritando)
Yo: pero no me hable en ese tono.
Profesora: y como Querí que te hable si son poco solidarias con el curso, que no les interesa poder ser amables… que les costaba cinco dulces para que too quedaran contentos.
Yo: haber profe, escuche no se que le habrán dicho, pero yo lo que entendí fue que si uno traía los dulces usted le cambiaba la fecha y como a mi no me interesaba cambiarla.
Profesora: nopo es que no era así y ahora por culpa de ustedes dejaron pagando a too el curso.
Yo: Sabe que más, si hubiese entendió como era la cuestión tampoco le traigo los dulces, porque usted sabe que aunque les de mil año de plazo igual lo hacen el ultimo día y van a entregar algo mediocre, en cambio usted sabe que si a nosotras nos pide el trabajo para mañana se lo voy a tener y me voy a sacar un siete.
Profesora: a ti vaya comparar con los peores del curso; ¡de veras que a ti nunca te he dado una oportunidad!
Yo: si lo ha hecho miles de veces pero yo me las he ganado, a diferencia de estos que se dejan comprar por cinco dulces, y jamás me podría comparar con el resto.
Profesora: pero igual son pocos solidarias, personas sin valores, quizás que educación les dan en sus casas (y una pila de tonteras que jamás hubiese esperado de un profesor).
Yo: sabe lo que pasa es que yo no voy a avalar flojeras, nada de lo que usted acaba de decir es sierto, en ese caso usted es antipedagógica.
Profesora: ¡ANTOPEDAGOGIA!... ¿y tú me vai a enseñar a ser profe?
Yo: no probablemente no
Ya a esa altura no era una simple conversación y ambas gritábamos como si estuviéramos en un campeonato.
Profesora: Me bajas el tono porque soy mucho mayor que tu y merezco respeto
Yo: no voy a bajar el tono si usted me sigue gritando, por lo demás el respeto se gana.
Profesora: ya no quiero seguir con esta conversación, esto queda hasta aquí y espero que nadie se entere.
Cada una partió por su lado pero bastaron solo diez minuto para que todos lo profesores supieran, en eso llega mi profesora jefe a mi la do preguntarme que es lo que había pasado con profesora, le conté porque la verdad es que yo no tenia mucho que perder.
Todo eso paso durante el primer recreo, luego de eso al entrar a clases llego ella a la sala haciendo la victima, su discurso fue tan conmovedor que hasta a mi me hizo dudar de mi postura; dijo algo como que ya no podría cambiar la fecha por cinco compañeras que no tienen valores y sentido del trabajo en conjunto. Que ella se la iba a arreglar para devolver a cada uno lo que habían traído, después de casi veinte minutos de largo “llanto” por fin llego a lo único que yo quería escuchar desde que comenzó todo el show;
Profesora: voy a cambiar a todos la fecha menos a estas cinco alumnas que lo deberán presentar la próxima semana.
Durante una semana me quedaba hasta las siete de la tarde en el colegio trabajando con una profesora que era amiga de uno, porque era obvio que si no presentaba el gran trabajo la profesora no lo iba a pensar y me iba a poner el uno….lo que puede hacer la presión psicológica de los que tienen mas poder; y a pesar de todo igual me saque un siete.
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